CAPITULO IV: REVELACIÓN (Memorias Mick)

TITULO: MEMORIAS DE MICK
AUTORA: HARMONY
TRADUCCION AUTORIZADA POR LA AUTORA A .:*M&M*:.
TRADUCIDO POR: ..::*Mrs.Hudson*::..
GENERO: (Mick/Beth) Basado en Moonlight.
CATEGORIA: Todo Público
CLASIFICACION: Universo Alterno.
PERSONAJES: Mick/Beth y el resto de los personajes originales de la serie.
ADVERTENCIA/SPOILER: Se desarrolla paralelamente a la serie.

DECLARACION: Warner Bro. TV y Silver Picture son los propietarios de los Derechos sobre la serie Moonlight, sus personajes, su argumento y todo aquello derivado o consecuencial a la misma. Al mismo tiempo, Trevor Munson y Ron Koslow han sido los creadores originales de los personajes, argumentos y situaciones en los que se basa el presente relato. No se pretende la infracción de derechos de autor o de propiedad sobre ellos. Asimismo, no existe ningún ánimo lucrativo con el siguiente relato. Sin embargo, su contenido pertenece de forma integra a su autora.


MEMORIAS DE MICK
CAPITULO IV: “REVELACIÓN”

Ella puede ser la persona más valiente que he conocido.

Vi en el monitor cómo ella debatía consigo misma sobre llamar a mi puerta o no. Sólo podía imaginar lo que pasó por su mente cuando me vio en toda mi gloria de muerto viviente. No hay nada como encontrarse cara a cara con un monstruo con colmillos extendidos y chorreando sangre para completar una noche después de disparar y matar a un hombre.

Y luego la pregunta… “¿qué eres?”

La respuesta que quise dar se quedó trancada en mi garganta llena de sangre:

Soy el hombre que te salvó de una vampiresa loca; de pasar la vida eterna como monstruo. Soy el hombre que te salvó de ser asesinada por un estudiante universitario decidido a acabar contigo. Soy el hombre que te ama.

Entonces me di cuenta que no podía decirle nada de eso, simplemente porque no quedaba otra opción:

“Soy un vampiro”

La fuerza que ella tuvo para tragarse su miedo y tocar mi puerta no es nada menos que increíble. Esta no era una conversación que yo estaba buscando. Pero su curiosidad periodística siempre será más fuerte que su instinto de conservación. El alivio que vi en sus ojos cuando abrí la puerta me hizo entender cuán cuidadoso tenía que ser al manejar esto. Que ella supiera lo que soy lo cambia todo.

Le contesté la mayoría de sus preguntas, aun cuando su expresión continuaba siendo incrédula. Al menos la hice entender cuán importante es que ella mantenga en secreto nuestra existencia vampírica. De hecho todo iba mejor de lo que esperaba hasta que de repente me estrellé contra una pared. Ella quería saber cómo me convertí en vampiro y cuando abrí mi boca para decirle… Me ahogué.

Todavía me persiguen las imágenes confusas de esa noche. Es frustrante que después de todos estos años, el simple recuerdo de lo que Coraline hizo puede devastarme tan vívidamente. Nunca he discutido esta noche con nadie, ni siquiera con Josef, quien sabe bastante de la historia. Pero los detalles me pertenecen a mí y sólo a mí. El sólo hecho de pensar en compartirlos con alguien me petrificaba totalmente.

Pude ver a Beth cambiar a su modo de reportera cuando se dio cuenta que no le contestaba. Cuando me di cuenta que no me atrevía a compartir el momento más decisivo de mi vida, insistí en que se fuera. Pero ella es una preguntona terca y no dejaría pasar eso. Tuve que insistir diciéndole “en otro momento” más de una vez antes de que ella se rindiera y se fuera. Al cerrar la puerta fui inmediatamente devorado por mis recuerdos.

La falsedad de Coraline en nuestra noche de bodas y el desastre que le siguió, me llevó a un período de sed de sangre y libertinaje que me consumió, me empujó a un mundo violento de depravación que dejó cicatrices permanentes en mí. Yo mismo pienso que soy un monstruo a pesar de todos los años que he pasado tratando de borrar la culpa. Lo irónico de todo esto es que mientras más trato de remediarlo, parece que más culpable me siento; ese es el ciclo que define mi existencia.

Todavía me estremezco cuando pienso en eso. Despertar en una cama empapada de sangre, sintiéndome tan extraño, como una mala resaca, sólo que era peor. Todo sonaba diferente, más intenso. Coraline vino a la cama diciendo que me había dado un regalo, pero algo estaba terriblemente mal. Tenía miedo de ella; el aspecto que tenía, la manera en que olía. Cuando me levanté de la cama y me dirigí a la ventana, la luz del sol me cegó. Corrí al baño, me miré en el espejo y la cara que vi era la mía pero a la vez no lo era. Las marcas de mordeduras en mi cuello escurrían sangre. Podía sentir que mis colmillos rozaban mi lengua, y cuando los miré en el espejo noté que eran largos y mis encías palpitaban. Lo peor de todo, era que sentía esa hambre inmensa que me llenaba de pánico.

Coraline estaba balbuceando algo, pero yo no podía oír, no podía entender. Lo único que sabía era que ella me había hecho algo terrible y yo no podía enfrentarlo. Ella trató de consolarme, besarme, decirme que me había dado el regalo más grande. Yo le dije que no lo quería; ¿por qué ella no me estaba escuchando? Finalmente me escapé de ella, porque la confusión se apoderó de mí.

No recuerdo mucho los detalles después de eso. Yo deambulaba por las calles, tropezando con todo, hasta que terminé escondiéndome en un callejón. Me sentía muy extraño, confundido y tenía esa hambre implacable que me consumía. Necesitaba morir. Quería morir. Cuando Coraline finalmente me encontró, le pedí que me matara; que me liberara de este infierno. Pero ella insistió en que yo quería vivir y que me había traído algo, o mejor dicho, alguien. Una chica joven, amarrada y amordazada, luchando por su vida. Yo estaba aún más desorientado. Y luego, vino a mi mente ese recuerdo que quisiera apartar de mi mente para siempre, un recuerdo peor que el momento cuando desperté.

Coraline me ofreció a esa chica como la única manera de saciar mi intensa hambre. Realmente me enfermaba el mero pensamiento; iba a vomitar. Pero cuando Coraline empujó a la muchacha a mis brazos, el aroma de su sangre me nubló el pensamiento. Ya sólo podía oír, sentir la sangre que fluía por sus venas… y el olor era tan abrumador; como el agua para un hombre muriendo de sed. No podía detenerme, aunque sus gritos casi apagados hacían eco en mi cabeza.

Recuerdo la sensación exacta cuando por primera vez hundí mis colmillos en la carne blanda y flexible de su cuello, la sangre fluyendo libremente en mi boca, mientras la sed que me quemaba se extinguía. No podía dejar de beber, ni siquiera cuando sentí cómo su cuerpo se aflojaba hasta quedar completamente inmóvil. Drené la vida de esa muchacha; la primera de muchas vidas inocentes que mantendrían mi supervivencia. Cuando terminé, miré y vi la sonrisa en el rostro de mi esposa y pensé que había enloquecido. Realmente la odiaba en ese instante.

Fueron los insistentes mensajes de texto de Guillermo los que me sacaron de mi trance y fui a la morgue. Definitivamente aquel cuerpo había sido drenado por un vampiro renegado, recientemente convertido y salvaje. Había visto esto antes. Y de pronto, Beth estaba asomada allí. Le di un vistazo y salí del cuarto de autopsias para que no se viera tentada a pasar de la puerta por donde estaba espiándonos. Verla en la morgue me hizo sentir pánico. Ella no podía quedar atrapada en medio de esto, y así se lo dije. Pero de nuevo, esa terca levantó la cabeza y se opuso a que yo le impusiera algo. Y me di cuenta que ella tenía razón. Yo no tenía ningún derecho para decidir sobre lo que ella haría o no. Entonces, ¿qué opción tenía además de ceder?. Al menos, trabajando juntos, podría protegerla.

Una conversación en el auto acerca de las papitas fritas sin ajo y mi edad oculta nos trajo unos pequeños momentos de entretenimiento. Dios, ella quería saber si yo podía volar. ¿Cómo comenzaron esos viejos y ridículos mitos de vampiros?

Ella me ayudó a rastrear el nombre y la dirección del renegado. Una vez que llegamos a la casa de Pollock, quería que se quedara en el auto, pero adivina ¿qué tanto funcionó eso?. Ella olió la sangre en el minuto que entramos a la casa, pero no sabía qué era. Seguí ese olor inconfundible y encontré a la esposa de Pollock. Un cuerpo drenado por un vampiro puede ser un espectáculo bastante horrible. Y Beth parece estar siempre cerca cuando los muertos saltan a la vista.

El sonido de su voz cuando ella se dio cuenta de que Pollock había matado a su propia esposa me hizo voltear para mirarla; la incredulidad que ella mostró antes ese horror me descolocó. ¿Qué pensaría ella si supiera que yo he hecho lo mismo; matar a la mujer a la que había prometido amar el resto de mi vida? Como si hubiese leído mi mente, me hizo la pregunta a la que yo le había temido tanto.

“Debes haber tenido una vida normal antes de convertirte en vampiro; un trabajo, amigos, familia. ¿Estuviste casado?”

Le dije que tuve que abandonarlos a todos por su propia seguridad. Le dije que estuve casado una vez y que ella había muerto: Sabiendo que ella no lo dejaría hasta ahí. Ella me presionó para obtener más información pero yo no iba a darsela. Ahora no; quizás nunca. El tono de mi voz hizo que ella dejara de preguntarme. Pero es sólo cuestión de tiempo antes de que ella vuelva a hacerlo otra vez. ¿Qué le diré? ¿Cómo podría hacerla entender?

¿Y me atrevería a decírselo? Hay un preocupante patrón que comienza a surgir. Le digo que se quede y desobedece, sólo para terminar salvándome la vida.

Amigos, estoy realmente convirtiéndome en un desprevenido. Stovsky me agarró por sorpresa; nunca vi venir la estaca. Le agradezco a Dios por la terquedad de Beth. Ella pensó que yo estaba muerto; comprensible, ya que tenía una estaca en mi corazón. Cuando abrí los ojos, ella se asustó. Me las arreglé para decirle que la sacara. Ella se resistía, pero sacó el coraje que antes mencioné y lo hizo.

Jesús, eso dolió. Me incorporé, tome la estaca y le agradecí. Me miró con esos ojos azul intenso y luego se acercó y tocó la herida ligeramente, mirándola sanar. ¿Fue su toque lo que me hizo entender; el hecho de que ella podía entender todo lo que había visto esa noche y aún así preocuparse por mi? Mis sentimientos por ella están empezando a hacerse más profundos y no estoy seguro de cuán acertado sea eso.

Beth estuvo a mi lado todo el tiempo mientras corríamos al hospital para detener a Pollock. Ella nunca vaciló ni retrocedió y creo que su resistencia es excelente. Es impresionante tanto su capacidad de asimilar las cosas, incluso las más desagradables, así como la de enfocar sus magníficos instintos en la misión que tiene. Y sin embargo, cuando encontré a Pollock y lo estaqué, ella no podía entender la necesidad de disponer de él. ¿Cómo podría hacerlo? Ella no tiene ningún punto de referencia, no hay manera de darse cuenta que un vampiro salvaje y renegado no tiene ninguna posibilidad. Tuve que ser brusco con ella y odio hacer eso. Pero tenía un trabajo que hacer y no podía dejar que los sentimientos personales se interpusieran en el camino.

Después, tuve una sesión de “corazón a corazón” con Josef en mi casa. A veces sólo mi mejor amigo puede hacer que me sienta mejor y en este caso, ayudar a verme a mí mismo de manera objetiva. Mis sentimientos en conflicto por Coraline nunca se han resuelto y estoy atormentado por ellos. Josef me ayudó a comprender que estos sentimientos me están costando mi futuro.

En algún momento entre hablar con Josef y pasar un tiempo tranquilo en mi congelador, tomé una decisión. La quiero en mi vida. Y si la quiero dentro, entonces ella tiene que saber tanto de mí, como yo pueda darme el lujo de decirle, por ahora. Así que la mañana siguiente fui a su apartamento. Ella parecía sorprendida de verme, casi como si estuviera esperando a alguien más. Ella me invitó a pasar, pero no quería perder el valor, así que me negué. Sentí que era mejor decirle lo que quería que supiera e irme.

En la entrada le dije cómo Coraline me había convertido en un monstruo en nuestra noche de bodas. Ella dijo que yo no era un monstruo. ¡Si ella supiera! Ella dijo que para mi debía ser difícil confiar en alguien. ¡Oh Dios!, al fin alguien en el mundo me entendió. Pero tuve que dejarle saber que estaba listo para confiar en ella y decirle los detalles del momento más traumático de mi vida y el significado de compartirlos con ella. Así que extendí mi mano y la puse sobre la suya. Ella me miró a los ojos y supe que estaría bien; ella valoraba mi confianza y no me defraudaría.

La pregunta ahora es: con todo lo que ella sabe, ¿todavía querrá ser parte de mi vida?